Qué hipócritas podemos llegar a ser a veces. Fiándonos de quien no debemos y queriendo a los que no se lo merecen. Dejandonos la vida por alguien que no dejaba ni el sudor en ti.
Qué bien siente de vez en cuando el cariño de alguien. Sentirte protegido por otra persona y saber que no estas solo en este mundo. Mejor aún viene que te abran los ojos antes de estrellarte contra la pared. Parace mentira lo tontos que podemos llegar a ser cuando se trata de querer a alguien.
Siempre creemos saber que es lo mejor para nosotros, pero hay veces que ni nosotros mismos sabemos que es lo mejor. Al fin y al cabo de los errores se aprende y no seríamos los mismos sin todos y cada uno de los fallos que nos hicieron ser lo que somos.
Que no se aprende con los años, si no con los daños y eso no lo cambia nada ni nadie.